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Thursday, September 12, 2024

 Democracia, el gran ejemplo uruguayo para el mundo, (II)


El secreto del Uruguay.
La fortaleza de la democracia uruguaya se basa en gran medida en un sistema de partidos fuertes que evita la emergencia de líderes populistas y desviaciones autoritarias, como las que estamos viendo en otros países de la región”, dice a EL PAIS Nicolás Saldías, doctor en Ciencias Políticas e integrante de la Unidad de Inteligencia de The Economist, responsable de este índice difundido días atrás. El politólogo destaca que la cultura democrática, muy arraigada en Uruguay, se fortaleció después de la dictadura que gobernó el país entre 1973 y 1985. “Las encuestas muestran que los uruguayos son los más comprometidos con el sistema democrático en la región, y por mucho”, explica Saldías.Uruguay obtiene el mayor puntaje, 10 sobre 10, en cuanto a “sistema electoral y pluralismo”.  Y finaliza “Uruguay es la democracia más plena de América del Sur”. 

No absuelvo ni perdono, porque no me corresponde. No hay revolución, ni reivindicación, ni sublevación, sin que los pueblos las abonen con sus muertos. En Uruguay, y me honra asegurarlo, somos hasta ahora el único ejemplo vivo de estas cruentas manifestaciones  cívico-militares, regionales, con conclusiones ejemplares. La democracia -la voluntad ciud adana -puso en su momento, a todos, en su lugar. Tuvimos nuestra sangrienta revolución, y nuestra más sangrienta aún, represión. Perdimos hijos, padres, hermanos, y amigos, para darnos cuenta que -divididos por el odio y la intolerancia no somos nada - más que enemigos de nosotros mismos.

Pero hasta la sangrienta izquierda reivindicativa nacionalista -no comunista – como fueron los Tupamaros, sabedores de sus limitaciones en el campo de la lucha armada, aseguraron sabiamente su participación en la futura democracia de la nación, estableciendo legalmente un partido político aceptado por la comunidad, para competir en las mismas condiciones de sus represores. Y ganaron democráticamente sus espacios y sus representaciones, como diputados y senadores, y hasta ministerios y una presidencia.  ¡Nos quisieron dividir, claro que sí! Y en parte lo lograron. Los norteamericanos fueron parte y su representación cómplice de los asesinatos más indignos de presidentes de países amigos y de muy apreciados y reconocidos dirigentes políticos hermanos, de nuestra nación. (Plan Cóndor)

¡Fueron la vergüenza, de quienes pretendieron darnos lecciones de decencia! Y en este sentido, hoy, los uruguayos podemos darles lecciones a ellos de honradez, de respeto a las instituciones, y de transparencia contra la corrupción. 

Los rusos, en nombre de un comunismo depredador que no lo practican ni ellos mismos, se infiltraron en lo más selecto de nuestra educación, en los sindicatos laborales, en la política, y en la mente de muchos compatriotas hartos de fracasos y corrupción. ¿Acaso los rusos viven en su país la degradante miseria de sus protegidos cubanos -que hoy no tienen ni para comer - o sus recientes prisioneros ideológicos, el pueblo venezolano? No; ¡les aseguro que viven de lo mejor! Las bellas ciudades que nos mostraron durante el campeonato mundial de Fútbol, FIFA, Rusia, 2018, ¡no se asemejaban en nada a las destruidas viviendas cubanas, ni a la miseria de su población, prisionera de una bolsa de comida!

El mismo modelito importado por la revolución bolivariana, para mantener al pueblo venezolano dependiente de los favores de una cúpula de ineptos y traidores, siendo prisioneros de una  absurda lucha de intereses de dos imperios dominantes,  bajo una supuesta reivindicación ideológica, socialista, y que los venezolanos,  desde siempre, se negaron adoptar. ¿Qué culpa tiene el pueblo venezolano, de la inmisericorde lucha entre los rusos, los chinos, los iraníes, y los intereses norteamericanos? ¿Por qué hacer pagar al pueblo venezolano, que solo quiere vivir en paz y dignidad, con su sangre y privaciones, una guerra estúpida donde no tiene nada que aportar, más que sus muertos y sus necesidades?

¿Dónde queda entonces la famosa soberanía popular, que tanto ha dado que hablar, y las promesas hipócritas de reivindicación nacional? Estos pseudorevolucionarios venden su patria por dos monedas, con tal de mantenerse en el poder, sirviendo a los espurios intereses extranjeros. ¡Vergüenza da, oír al inmaduro Maduro, en Venezuela, amenazar y atemorizar a su pueblo, jactándose de tener el apoyo de Rusia, Irán, y China, queriéndose perpetuar en el poder por otros 6 años, luego de la ignominiosa realidad sembrada en los últimos 25!

O blandiendo un sable (supuesta réplica del perteneciente al Libertador Bolívar) en actos proselitistas destinados a mantener el alcahuetismo de pseudomilitares y mercenarios en motos, para amedrentar a su pueblo.  O la vergonzante realidad actual de haber sido rechazado por una enorme mayoría de compatriotas en una elección presidencial (28 de julio, 20024) que nunca quisieron reconocer ni respetar. O el payasesco adelanto de la navidad como una expresión de “agradecimiento” al pueblo venezolano, con un miserable pago de aguinaldo fraccionado y devaluado. (¿Quizá con su ridículo Consejo Electoral, o Tribunal de (“justicia”) pretenderán impugnar las actas del nacimiento de Jesucristo, el 25 de diciembre?)

¡Han convertido a ese país en un circo, donde mandan los payasos! Pero la DEMOCRACIA, es tan sabia e inteligente, que obligó a la dictadura militar reinante en Uruguay, por 12 años, a aceptar la voluntad popular, cuando, en un plebiscito ejemplar, consultaron a las fuerzas vivas de la nación, si querían o no, seguir dependiendo de sus supuestos favores, después de tantos errores. La respuesta fue un NO contundente, luego de tanta lucha intestina que cobró tanta sangre y vergüenza, para toda la familia social uruguaya.

Y en Uruguay, y esto hay que destacarlo, las Fuerzas Armadas  del Uruguay,  dictatoriales en aquel momento,  respetaron la voluntad popular y entregaron el poder al pueblo civil, y sus representantes.  Por eso hoy No me engañan, ni la piltrafa humana de Nicolás Maduro, ni sus indeseables socios de la mediocridad, que han hecho de esa hermosa República de Venezuela el lugar más inhóspito para vivir, en los últimos 25 años. Y para respaldar lo que afirmo, les recuerdo que yo viví dieciocho años compartiendo mis vivencias, desde Caracas, tanto con opositores, como también con adeptos al incipiente régimen chavista.

Y les recuerdo también, como aval a mis afirmaciones, los reconocimientos que obtuve por mi actividad como dirigente vecinal (*), junto a otras hermosas personas venezolanas, aún dentro del nuevo Socialismo del Siglo XXI. ¿Y saben qué? ¡Lo más vergonzoso y triste de todo esto, es que estos dictadores que, habiendo sido favorecidos por la DEMOCRACIA para llegar al poder, hoy se la niegan al resto de sus conciudadanos! ¡Vergüenza ajena!

 

(*) Medalla y Diploma Honor al Mérito, Cámara Municipal del Municipio Sucre, 2001;

Condecoración Orden Policía Municipal de Sucre en su Segunda Clase, 2001;

Diploma Reconocimiento Gobernación del Estado Miranda, 2003.

 

 

 

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