Democracia, el gran ejemplo uruguayo para el mundo, (II)
El secreto del Uruguay. “La fortaleza de la democracia uruguaya se basa en gran medida en un sistema de partidos fuertes que evita la emergencia de líderes populistas y desviaciones autoritarias, como las que estamos viendo en otros países de la región”, dice a EL PAIS Nicolás Saldías, doctor en Ciencias Políticas e integrante de la Unidad de Inteligencia de The Economist, responsable de este índice difundido días atrás. El politólogo destaca que la cultura democrática, muy arraigada en Uruguay, se fortaleció después de la dictadura que gobernó el país entre 1973 y 1985. “Las encuestas muestran que los uruguayos son los más comprometidos con el sistema democrático en la región, y por mucho”, explica Saldías. “Uruguay obtiene el mayor puntaje, 10 sobre 10, en cuanto a “sistema electoral y pluralismo”. Y finaliza “Uruguay es la democracia más plena de América del Sur”.
No
absuelvo ni perdono, porque no me corresponde. No hay revolución, ni
reivindicación, ni sublevación, sin que los pueblos las abonen con sus muertos.
En Uruguay, y me honra asegurarlo, somos hasta ahora el único ejemplo vivo de
estas cruentas manifestaciones
cívico-militares, regionales, con conclusiones ejemplares. La democracia
-la voluntad ciud adana -puso en su momento, a todos, en su lugar. Tuvimos
nuestra sangrienta revolución, y nuestra más sangrienta aún, represión.
Perdimos hijos, padres, hermanos, y amigos, para darnos cuenta que -divididos
por el odio y la intolerancia no somos nada - más que enemigos de nosotros
mismos.
Pero hasta
la sangrienta izquierda reivindicativa nacionalista -no comunista – como fueron
los Tupamaros, sabedores de sus limitaciones en el campo de la lucha armada,
aseguraron sabiamente su participación en la futura democracia de la nación,
estableciendo legalmente un partido político aceptado por la comunidad, para
competir en las mismas condiciones de sus represores. Y ganaron
democráticamente sus espacios y sus representaciones, como diputados y
senadores, y hasta ministerios y una presidencia. ¡Nos quisieron dividir, claro que sí! Y en
parte lo lograron. Los norteamericanos fueron parte y su representación
cómplice de los asesinatos más indignos de presidentes de países amigos y de
muy apreciados y reconocidos dirigentes políticos hermanos, de nuestra nación.
(Plan Cóndor)
¡Fueron la
vergüenza, de quienes pretendieron darnos lecciones de decencia! Y en este
sentido, hoy, los uruguayos podemos darles lecciones a ellos de honradez, de
respeto a las instituciones, y de transparencia contra la corrupción.
Los rusos,
en nombre de un comunismo depredador que no lo practican ni ellos mismos, se
infiltraron en lo más selecto de nuestra educación, en los sindicatos
laborales, en la política, y en la mente de muchos compatriotas hartos de
fracasos y corrupción. ¿Acaso los rusos viven en su país la degradante miseria
de sus protegidos cubanos -que hoy no tienen ni para comer - o sus recientes
prisioneros ideológicos, el pueblo venezolano? No; ¡les aseguro que viven de lo
mejor! Las bellas ciudades que nos mostraron durante el campeonato mundial de
Fútbol, FIFA, Rusia, 2018, ¡no se
asemejaban en nada a las destruidas viviendas cubanas, ni a la miseria de su
población, prisionera de una bolsa de comida!
El mismo
modelito importado por la revolución bolivariana, para mantener al pueblo
venezolano dependiente de los favores de una cúpula de ineptos y traidores,
siendo prisioneros de una absurda lucha
de intereses de dos imperios dominantes,
bajo una supuesta reivindicación ideológica, socialista, y que los
venezolanos, desde siempre, se negaron
adoptar. ¿Qué culpa tiene el pueblo venezolano, de la inmisericorde lucha entre
los rusos, los chinos, los iraníes, y los intereses norteamericanos? ¿Por qué
hacer pagar al pueblo venezolano, que solo quiere vivir en paz y dignidad, con
su sangre y privaciones, una guerra estúpida donde no tiene nada que aportar,
más que sus muertos y sus necesidades?
¿Dónde
queda entonces la famosa soberanía popular, que tanto ha dado que hablar, y las
promesas hipócritas de reivindicación nacional? Estos pseudorevolucionarios
venden su patria por dos monedas, con tal de mantenerse en el poder, sirviendo
a los espurios intereses extranjeros. ¡Vergüenza da, oír al inmaduro Maduro, en
Venezuela, amenazar y atemorizar a su pueblo, jactándose de tener el apoyo de
Rusia, Irán, y China, queriéndose perpetuar en el poder por otros 6 años, luego
de la ignominiosa realidad sembrada en los últimos 25!
O
blandiendo un sable (supuesta réplica del perteneciente al Libertador Bolívar)
en actos proselitistas destinados a mantener el alcahuetismo de pseudomilitares
y mercenarios en motos, para amedrentar a su pueblo. O la vergonzante realidad actual de haber sido
rechazado por una enorme mayoría de compatriotas en una elección presidencial (28
de julio, 20024) que nunca quisieron reconocer ni respetar. O el payasesco
adelanto de la navidad como una expresión de “agradecimiento” al pueblo
venezolano, con un miserable pago de aguinaldo fraccionado y devaluado. (¿Quizá
con su ridículo Consejo Electoral, o Tribunal de (“justicia”) pretenderán
impugnar las actas del nacimiento de Jesucristo, el 25 de diciembre?)
¡Han
convertido a ese país en un circo, donde mandan los payasos! Pero la
DEMOCRACIA, es tan sabia e inteligente, que obligó a la dictadura militar
reinante en Uruguay, por 12 años, a aceptar la voluntad popular, cuando, en un
plebiscito ejemplar, consultaron a las fuerzas vivas de la nación, si querían o
no, seguir dependiendo de sus supuestos favores, después de tantos errores. La
respuesta fue un NO contundente, luego de tanta lucha intestina que cobró tanta
sangre y vergüenza, para toda la familia social uruguaya.
Y en
Uruguay, y esto hay que destacarlo, las Fuerzas Armadas del Uruguay,
dictatoriales en aquel momento,
respetaron la voluntad popular y entregaron el poder al pueblo civil, y
sus representantes. Por eso hoy No me engañan, ni la piltrafa humana de Nicolás
Maduro, ni sus indeseables socios de la mediocridad, que han hecho de esa
hermosa República de Venezuela el lugar más inhóspito para vivir, en los
últimos 25 años. Y para respaldar lo que afirmo, les recuerdo que yo viví
dieciocho años compartiendo mis vivencias, desde Caracas, tanto con opositores,
como también con adeptos al incipiente régimen chavista.
Y les recuerdo también, como aval a mis afirmaciones, los reconocimientos
que obtuve por mi actividad como dirigente vecinal (*), junto a otras hermosas
personas venezolanas, aún dentro del nuevo Socialismo del Siglo XXI. ¿Y saben
qué? ¡Lo más vergonzoso y triste de todo esto, es que estos dictadores que,
habiendo sido favorecidos por la DEMOCRACIA para llegar al poder, hoy se la
niegan al resto de sus conciudadanos! ¡Vergüenza ajena!
(*) Medalla y Diploma
Honor al Mérito, Cámara Municipal del Municipio Sucre, 2001;
Condecoración Orden
Policía Municipal de Sucre en su Segunda Clase, 2001;
Diploma Reconocimiento
Gobernación del Estado Miranda, 2003.
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