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Friday, June 14, 2024

 Javier Milei, el chico estrella y mal educado, que quiere revolucionar la argentina.


Dicen que es muy inteligente. Dicen que es muy buen economista. Dicen que ha escrito varios libros. Dicen que ha trabajado para empresas argentinas de primera línea. Dicen que es amigo de Bolsonaro, de Trump, de Elon Musk, de Zuckerberg, y de los máximos protagonistas mundiales. Se ha abrazado con el genocida Netanyahu. Y dicen también, que es un mal educado.

Y bueno, se dicen de él muchas cosas al igual que en aquella milonga que cantaba la gran Tita Merello: “se dice de mi”.  Lo cierto es que este chico maravilla, hoy presidente de la Argentina,  empezó puteando al Papa Francisco (su coterráneo argentino admirado entre los argentinos), tratándolo de “imbécil”, y afirmando que “es el representante del maligno en la Tierra”. Que siempre está “parado del lado del mal”, porque apoya los impuestos; que “tiene afinidad por los comunistas asesinos” y viola los Diez Mandamientos al defender la “justicia social”. Y aún cosas más duras y agraviantes: ha llamado al papa Francisco “zurdo asqueroso”, “comunista impresentable”, y un “potato” (el nombre en inglés del tubérculo papa).

No obstante, en febrero del 2024, el mandatario ejecutó un giro de 180 grados en su vínculo con el Vaticano; le pidió disculpas a Francisco por sus comentarios en el pasado, y logró sellar un encuentro con el máximo referente de la Iglesia católica, llevándole alfajores de dulce de leche y galletitas de limón (de la marca de preferencia del sumo pontífice).  Y Francisco, canchero él en estas lides, afirmó simple y públicamente que “Son errores de juventud que todo el mundo comete”. (¡Vaya uno saber, realmente, que pensaba internamente!) Porque los Papas no pueden putear en público, por ejemplo.

También había puteado a Luiz Inácio Lula da Silva, por ser socialista. Del presidente brasileño dijo que "juntarte con un autócrata y totalitario, y que tiene las manos manchadas de sangre, y reírse en la cara de las víctimas del socialismo me parece lamentable". (¡Bolsonaro es un santo!) No se salvó Xi Jinping, presidente de la República Popular China. Al dirigente asiático le dedicó las siguientes palabras: "Soy un defensor de la libertad, la paz y la democracia. Los comunistas no entran ahí, los chinos no entran ahí". (¡Pensar que son sus principales clientes extranjeros, y si no fuera por ellos, estarían comiendo chiclets!)

Pero ahora anuncia una próxima visita a China, y a entrevistarse cara a cara con el propio Xi Jinping, porque le renovó un swap (un contrato por el cual dos partes se comprometen a intercambiar una serie de cantidades de dinero en fechas futuras) por 5.000 millones, y que no tiene la más puta oportunidad de cumplimentar.



Y como si le hubieran dado un cheque en blanco para putear a medio mundo, del político mexicano Andrés Manuel López Obrador, afirmó que "Es un halago que un ignorante como López Obrador hable mal de mí, me enaltece. Gustavo Petro, presidente de Colombia, también cayó en el reparto, asegurando de él, en una entrevista, que era "un comunista asesino que está hundiendo Colombia". No dudó en llamar "Zurda maldita, izquierdosa 'gamer'', a la youtuber Cristina Gallego, recriminándole que "no se juega con un presidente de una nación como la argentina".

Durante su período como diputado nacional en Mar del Plata, Milei sorteó públicamente el sueldo que le correspondía como tal, con la desgracia de que el primero de ellos, entre más de un millón de personas, ¡lo ganó un kirchnerista!  Quiere eliminar al Banco Central y al propio Estado. Defiende la libre portación de armas (igual que los EE.UU., y así les va) y la venta libre de órganos, asegurando que “es un mercado más”. Afirma que el calentamiento global es una mentira, y que la educación “no es un derecho”, pese a que este derecho está garantizado por la Constitución nacional.

Milei invoca “las fuerzas del cielo”, según el Libro de los Macabeos. Se autodefine como uno de los líderes más grandes del mundo. Puso de Canciller a Diana Mondino, como una máscara, así como Cristina Kirchner puso a Alberto Fernández como presidente. Su política exterior la define él mismo, de acuerdo a su mayor o menor protagonismo mundial. Se concede el derecho a insultar gobernantes, periodistas, y todo bicho que camina. Y considera que haber sido últimamente la portada de Time, prueba que él está muy por encima de todos los dirigentes argentinos y de buena parte del mundo. “Yo juego en otras ligas y los que me cuestionan son fracasados, liliputienses” -afirma.

Pero su soberbia es tal, que incluso es preocupante. Durante su exposición de 50 minutos en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, se refirió al tema de la pobreza y la reacción de la sociedad, afirmando “Se creen que la gente es tan idiota que no va a poder decidir…va a llegar un momento en que la gente se va a morir de hambre y va a decidir alguna manera para no morirse”. Esto provocó un revuelo entre los asistentes y los medios de comunicación, enmudeciendo a los más eruditos. ¡Nunca se había oído en ese recinto, una forma tan ingeniosa y simple, para resolver el problema del hambre y la pobreza!

Pero, al fin y al cabo, ya algo había adelantado el Pepe Mujica, al presentar “El Pepe. Una vida suprema”, el documental que le hizo el serbio Emir Kusturica; declarando que "Es la cosa más linda entrar a un banco con una 45, así... Todo el mundo te respeta". 

Conclusión: Milei se tomó en serio aquello de que “mi ley es tu ley..”  Por la cual una rata puede ser un manjar exquisito; y una 45, la mejor herramienta de los economistas, para que la gente no se muera de hambre. Y bueno, hace mucho tiempo que no viene ningún Mesías. ¿Por qué no aceptar que Milei, ese chico estrella y mal educado, puede ser una reencarnación? ¡Jesucristo ya dejó en claro que no vuelve!¡Ni en pedo!

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