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Saturday, December 29, 2012

Lopez Mena y la naturaleza del escorpión.


 Al finalizar la Expo-Prado 2012, el Presidente de la Asociación Rural del Uruguay", José Bonica, en su discurso de cierre del evento intentó reivindicar el papel de los empresarios en el Uruguay, expresando: “Algún día vamos a reconocer la importancia de los empresarios en este país. Sean ellos agropecuarios, industriales, comerciantes o de los servicios”. Recordó, además, conquistando el primer aplauso de la tarde, que en la última década el rol de las empresas y de los empresarios ha sido muy importante, dándole cada vez más trabajo a los uruguayos.

Conviene aclarar sobre este punto que –recogiendo una insistente preocupación por parte del sector privado - la Asociación Rural del Uruguay venía desarrollando un ambicioso trabajo, en base a un estudio académico especialmente encargado. Algo que creo nunca debió haber estado en discusión pero que –quizá como consecuencia de ciertos abusos del pasado –han marcado un estigma que el sector hoy, mayoritariamente, no se merece.

Pero, al igual que en el cuento de la rana y el escorpión, cada tanto aparece algún empresario que, aprovechando ciertas circunstancias coyunturales del país, y abusando de la confianza  dispensada por sus máximas autoridades, vuelve a clavar el aguijón en la espalda de quien lo  ayuda a cruzar el charco. Hechos que en nada ayudan, por cierto, a ese esfuerzo bien intencionado de la Asociación Rural del Uruguay y otras instancias empresariales, por reivindicar la importancia del sector en el quehacer del país.  Me refiero al sonado episodio del cierre de la empresa uruguaya Pluna, y el vergonzoso papel que le cupo al empresario argentino nacido en La Pampa y nacionalizado uruguayo, Juan Carlos López Mena.

Para quienes no tengan antecedentes sobre este señor, les recuerdo que luego de haber tenido la visión de detectar y aprovechar inteligentemente las debilidades del sector del transporte marítimo comercial del Uruguay, López Mena creó las empresas Los Cipreses S.A. (Buquebus Uruguay), Ríos Argentinos (Buquebus Argentina), Buquebus Internacional, y BQB Líneas Aéreas. También creó empresas de transporte marítimo de pasajeros en España, en el Mar Adriático, en el Mar del Norte y en los Estados Unidos, todas las cuales ya no existen.

 Además, es propietario del tambo modelo "El Talar" en el departamento de Maldonado, Uruguay,[] mientras desarrolla una intensa actividad corporativa y gremial, siendo presidente de la Cámara de Comercio Argentino–Uruguaya, director de la Liga Naval Argentina, director de la Cámara de Comercio Argentina en la Florida (USA), miembro del Club Europa-Argentina, integrante del Foro de Diálogo Permanente Argentino Español y miembro del Sector Privado de las Américas. Se afirma que también es cónsul honorario del Reino de Marruecos en Uruguay. Todo un currículum pues, para presentar y presentarse en sociedad.

 Nadie podrá negar que López Mena ha resultado un empresario exitoso, basando sus negocios en Uruguay. Y nadie podrá negar tampoco que Uruguay, en su política amplia y generosa para atraer inversionistas extranjeros, le dio al señor López Mena las máximas consideraciones para desarrollar sus emprendimientos.

 
Pluna, y la mano de un amigo..

Resumiendo chismes, dimes y diretes del acontecer que originó el cierre de la emblemática empresa Pluna en Uruguay, recordaré que López Mena le había dicho al gobierno que no le interesaba participar en la subasta de los siete aviones Bombardier de la exaerolínea de bandera Pluna, porque el precio era elevado y no estaba dispuesto a comprometer su patrimonio. Por ello, y ante el escenario de un posible fracaso, el gobierno uruguayo le solicitó una mano para identificar a posibles interesados, y el empresario amigo de los gobiernos prometió una solución. Fue así que en reuniones con las más altas autoridades del Ejecutivo, avisó que traería a un interesado para el remate, a quien luego él alquilaría algunos de los aviones para operar en su compañía. Pero resultó que a quien trajo no tenía plata ni siquiera para pagar la comisión a los rematadores. (Ni quizá tampoco para pagarse su pasaje..)
 
Según informa El Observador  (24.12.2012) este personaje había trabajado con él durante varios años  (en sus incursiones ibéricas) y, para colmo, es padrino de sus nietos. Un testaferro ridículo al cual ni los otros socios de la empresa Cosmo en España reconocieron ni mucho menos avalaron, dejando al desnudo una empresa  con apenas un par de aviones alquilados para cumplir contratos especiales, y una situación patrimonial y legal por demás precaria. Cosmo no tenía ni para comprar papel higiénico, pero aparecía ofertando U$S 137 millones por los aviones de Pluna!

Posteriormente, López Mena negó el vínculo con este sujeto, Hernán Calvo (supuestamente la máxima representación de Cosmo) –quien ensayó una coartada barata en la subasta cuando utilizó su segundo nombre y apellido para despistar–, pero los hechos, ya en manos de la Justicia, le descubrieron el juego. Se supo que fue López Mena quien tramitó personalmente ante el BROU un aval para Cosmo, y quien  había informado de todo al gobierno.
 
Las mentiras del amigo.

Cuando el negocio se empezó a complicar y las balas empezaron a picarle cerca -al decir de El Observador - el dueño de la naviera Buquebus y de la aerolínea de bandera BQB, Juan Carlos López Mena, convocó a dirigentes de la oposición y, entre otras cosas, les dijo que no tenía “nada que ver con el aval” que Cosmo había presentado para participar en la subasta. O sea, los convocó para mentirles en la cara. Ahora, ya no solo se sabe que López Mena tramitó el aval, sino que el presidente del Banco República, Fernando Calloia, anda reclamándole que sea él quien pague el aval porque metió al gobierno en un callejón sin salida.

“En las últimas semanas, de todos modos –sigue relatando El Observador - López Mena no se la llevó de arriba, ya que Calloia,  uno de los protagonistas más cuestionados del escándalo, le disparó sin vacilar. El banquero que dio el aval a López Mena, para que luego Calvo lo pasara a buscar por la sede de la calle Cerrito y lo utilizara en la subasta de los aviones, se quejó de la respuesta del empresario naviero. Dijo que debería hacer valer su apellido y pagar el aval. También dio a entender que tanto Cosmo como la aseguradora Boston coincidieron casualmente en su aviso de no pago al gobierno. Boston trabajaba para empresas de López Mena. El hombre que mintió todo el tiempo ahora dice que nadie lo presionó”.

Sin duda que el Presidente Mujica, quien más insistió a López Mena –por ser un viejo conocido– para que se presentara en la subasta de los aviones ante un escenario de posible fracaso, fue uno de los principales burlados en su buena fe, por el escorpión empresario López Mena. Y tras él, se puso en tela de juicio al Ministro de Economía, Fernando Lorenzo, quien contradictoriamente acaba de ser elegido por segundo año consecutivo como el segundo Mejor Ministro de la región por la revista AméricaAeconomía. Y también se intentó mancillar el nombre y la trayectoria del Presidente más exitoso en los últimos años del Banco de la República, Fernando Calloia, bajo cuya dirección la institución fue distinguida por cuatro entidades financieras internacionales como Mejor Banco del Uruguay 2012.
 
Sin embargo, los más brillantes cráneos de la oposición política uruguaya, quienes también fueron burlados en su cara por el escorpión empresario, en lugar de mostrar su ira ante la afrenta a la soberanía nacional y la independencia, etc. etc., con que suelen llenarse la boca, prefirieron subirse al aguijón asesino, armando un show con interpelaciones y descalificaciones a los funcionarios uruguayos, con tal de mostrar sus caras ante los flashes de la televisión.

Y es que como bien le dijo en el cuento el escorpión a la rana, luego de haberla apuñalado por la espalda: “no pude evitarlo, es mi naturaleza”. ¿Naturaleza empresaria?, me pregunto yo.

Sobró el apuro, la necesidad, y las buenas intenciones, por parte de los funcionarios que tuvieron que poner  la cara para enderezar un entuerto que no les correspondía a ellos solucionar. Ellos no son empresarios. Faltó el conocimiento, el análisis en profundidad, y los buenos asesores.  Y faltó, fundamentalmente, el toque de dignidad del empresario López Mena, quien demostró muy poco aprecio por el país que lo acogió con respeto y consideración. Y en especial, con el grupo mayoritario de empresarios uruguayos que ha trabajado y trabaja por consolidar esa imagen de prestigio que hoy se le reconoce al Uruguay. Sin merecer esta mancha en su honorabilidad.

Argenta                                                                                                                                         Diciembre, 2012

  

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