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Wednesday, November 14, 2012

Danielito, el travieso.


En la edición de El País, del sábado 10 de noviembre del 2012, Daniel Herrera Lussich, nos regala algunas de sus magníficas lecciones de manipulación, tras el título: “Frente Amplio, populismo va camino a suplir al socialismo”. Danielito es un blanco pillo, ya lo sabemos todos. Y de larga data periodística, desde el headquarter de prensa de los blancos.  Así que vamos a tratar de interpretar sus interpretaciones, interpretando a su vez sus móviles (y blancos) sentimientos patrióticos.  Porque en definitiva de eso se trata; de interpretar quien dice que, y sobre todo, por qué y para qué lo dice. ¿Podríamos creernos acaso que Danielito fuera capaz de hacer un análisis ponderado sobre la actuación de este gobierno frentista y del movimiento Frente Amplio? Solo un bebé de pecho podría imaginárselo.
Entonces, tratemos de analizar las reflexiones y conclusiones de Danielito, en dicho artículo.El comunismo es el camino más largo entre el capitalismo y el capitalismo, dicen en Cuba”, comienza el blanco Danielito. “Con esto, obviamente se refieren a las experiencias comunistas que muestra la historia, luego del derrumbe de la Unión Soviética, la caída del muro de Berlín y la miseria en la que vive el irremediable fracaso del castrismo”. ¡Vaya, tremendo gancho periodístico para comenzar a acercar, una vez más,  a Cuba, el comunismo, la Unión Soviética y todos esos maleficios, con el socialismo del Frente Amplio, pese a que hoy, cualquier pendejo puede  apreciar las diferencias! Pero vayamos directamente a la manipulación.

Esto ha enseñado a los dirigentes frentistas, en cuyo multifacético conglomerado, con mayor o menor énfasis y a pesar de todo, se sigue hablando del camino hacia el socialismo. Lo que no se sabe es de qué socialismo hablan o cómo conciben esos predictores del futuro lo que consideran como socialismo”, sigue Danielito. Y prosigue: “EL CAMINO. En otras palabras, aún se piensa en la estatización de los medios de producción, la eliminación de la plusvalía, la lucha de clases, los planes quinquenales, y por fin, la dictadura del proletariado, hasta el establecimiento de una verdadera sociedad comunista”. Por favor, vayan tomando nota de a dónde quiere llegar, porque deben ser ustedes, los lectores los que deben sacar las conclusiones del caso.
 
“OTRA VÍA. El camino actual, por cierto –sigue filosofando Danielito - no condice con el respeto por las estructuras capitalistas, la economía de mercado, la banca, la industria y la tierra en manos de propietarios privados, el sagrado respeto por los dictados de los organismos internacionales, la apelación a su crédito en empréstitos que solicita el Estado y hasta un eventual pedido de ayuda militar a los EE.UU. (confesión de Tabaré Vázquez que precipitó su temporario alejamiento de la política pública). ¿Entienden ustedes esta ensalada..?

Bueno; a ver si entienden esta otra: “Siendo las cosas así, porque las quiere el gobierno, su discurso teórico es muy distinto de la realidad que nos muestra: capitalismo de mercado y los medios de producción y financiamiento en manos de propietarios privados, con un cierto propósito de la mejora en la distribución del ingreso a través del módico y constitucionalista sistema impositivo y una mayor injerencia del Estado en la política comercial, monetaria y financiera, y nada más. Por supuesto, nada de capitalismo salvaje, pero sí capitalismo”.

Ahora bien –prosigue -sabemos que este manejo de las variables económicas, con su consiguiente dosis de demagogia y la simulación de un proyecto que nunca se concretará, porque el pragmatismo lo impide, derivará inexorablemente hacia el modelo populista. Se trata, el populista, de un gobierno compuesto por corrientes heterogéneas, con rechazo a los partidos tradicionales y a las élites económicas y sociales privilegiadas, con una constante apelación al pueblo como fuente de poder”. A ver si ustedes me ayudan a entenderlo, por favor.

Por un lado, y luego de haber utilizado nuevamente la vieja, trillada, desgastada y simplista fórmula de asustar a los niños con el peligro del barbudo revolucionario y traer a la memoria  los tanques rusos pasando por encima de los cadáveres, de la época de Pacheco Areco, nos quiere hacer creer que “EL CAMINO” del FA  está en  “en la estatización de los medios de producción, la eliminación de la plusvalía, la lucha de clases, los planes quinquenales, y por fin, la dictadura del proletariado, hasta el establecimiento de una verdadera sociedad comunista”.

Y por otro lado reconoce “OTRA VIA”, por la cual “Siendo las cosas así, porque las quiere el gobierno, su discurso teórico es muy distinto de la realidad que nos muestra: capitalismo de mercado y los medios de producción y financiamiento en manos de propietarios privados, con un cierto propósito de la mejora en la distribución del ingreso a través del módico y constitucionalista sistema impositivo y una mayor injerencia del Estado en la política comercial, monetaria y financiera, y nada más. Por supuesto, nada de capitalismo salvaje, pero sí capitalismo”.

Pero, y entonces, ¿de qué se queja Danielito? ¿Será porque si todo esto lo hace su partido blanco está bien, pero si lo hacen otros con mejores resultados, ya no? ¿Será porque como  las inversiones privadas se han multiplicado por 8 en Uruguay en los últimos diez años, hasta alcanzar más del 5% del total del PBI nacional), porque los organismos financieros multinacionales nos han devuelto el grado inversor, porque la pobreza y la indigencia han bajado a límites impensados, el desempleo también, los mercados internacionales se han abierto como nunca al Uruguay, somos el país menos corrupto de la región, y uno de los más respetados, etc. etc., todo esto molesta a Danielito y a su partido?

¿Será porque no se han cometido las torpezas que ellos esperaban, y que por primera vez se muestra desde aquí un socialismo en serio, y no en serie? ¿Será porque todo esto no lo pudo lograr el capitalismo desarrollado por ellos y sus socios de conveniencia? ¿Será que por “la constante apelación al pueblo como fuente de poder” se han ganado ya dos elecciones, y con seguridad se ganará una tercera? Pero claro, él lo ve (o necesita verlo) de forma distinta.

En este marco, de indiscutible realidad, se habla de una actualización ideológica del modelo, que es antes que nada el desesperado llamado a una desganada militancia a quien le han sacado el fervor fermentario que significa la esperanza de una revolución, aunque sea inalcanzable, bla, bla, bla. ¡Vaya! Danielito aún sigue soñando con revoluciones.. Pero analicemos el final de sus elucubraciones: “El doble discurso se observa después hacia afuera y hacia adentro de esta fuerza política, que solo puede marchar en base a los favores y prebendas que otorga desde el poder, con los inagotables recursos del Estado”.

Yo comprendo que Danielito y su fuerza política estén realmente desquiciados porque ese pueblo uruguayo que verdaderamente constituye esa fuente de poder que a ellos les cuesta reconocer, les dijo ¡no va más! Pero realmente me apena que un hombre con una gran trayectoria periodística, inteligente, sin duda, corresponsal de su diario en Wáshington, entre otras cosas, tenga que anular la parte más intelectual y creíble de su mente, para volverse un panfletario al servicio de mantener la radicalización política de un partido que, habiendo tenido la oportunidad, no supo sentar las bases de la credibilidad.

Debe ser duro para un buen periodista, tener que sentarse cada día y cada noche con la disyuntiva de optar, entre un periodismo de altura, o la obligación de tener que pergeñar  estas manipulaciones, que mucho tienen de basura.
  
Argenta                                                                                                                                        Noviembre, 2012

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