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Tuesday, July 07, 2009

OEA: unos entran y otros salen.

Para quienes han reclamado la ausencia de mis artículos desde el último publicado en este blog el 26 de marzo de 2009, les recuerdo que muchas cosas han pasado en el mundo en estos dinámicos tres meses. Y en mi propia vida también. Comenzaré por aclararles que luego de 18 años viviendo en Venezuela, he vuelto a radicarme en mi país de origen, Uruguay. En un mes de abril me fui, y en otro abril regresé. Y coincidentemente también, durante este abril de 2009, después que Obama le quitara la oportunidad del protagonismo a Chávez en la V Cumbre de las Américas realizada en el salón del hotel Hyatt Regency de Puerto España, capital de Trinidad y Tobago, cambiando radicalmente la torpe política de negación aplicada por Bush, por la de invitación e inclusión como forma de demostrar quien es quien sobre el terreno de la democracia, parecería comenzar una nueva y auspiciosa era desde la “inteligencia” del país del Tío Sam.

Durante esta Cumbre, Obama no tuvo reparos en dirigirse a saludar cordialmente a Chávez, lo cual tuvo el efecto inmediato de que éste le manifestara su deseo de forjar una amistad: " Quiero ser tu amigo", le dijo al nuevo mandatario estadounidense al entrelazar efusivamente su mano, según un comunicado difundido por el Gobierno de Caracas. Otro hecho sintomático en este sentido, es la no menos trascendente resolución de la OEA del 3 de junio de 2009 en la ciudad hondureña de San Pedro Sula –con voto favorable en esta oportunidad de Estados Unidos -dejando sin efecto la controvertida suspensión de Cuba como integrante de ese organismo - la cual, habiendo sido promovida precisamente por Estados Unidos, acabó por convertirse en el invento que mató al inventor. Recordemos que la resolución del 31 de enero de 1962, en Uruguay, apartó a Cuba de la OEA por haberse unido al bloque comunista, días antes de que el entonces presidente estadounidense John F. Kennedy ordenara el embargo comercial contra Cuba, el 3 de febrero.

Ahora, el documento leído por la canciller de Honduras, Patricia Rodas, el cual fue recibido con un sonoro aplauso en la plenaria de la 39 asamblea general de la OEA dictamina “Que la Resolución VI, adoptada el 31 de enero de 1962, en la Octava Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, mediante la cual se excluyó al Gobierno de Cuba de su participación en el sistema interamericano, queda sin efecto en la Organización de los Estados Americanos”.

Utilizando el refranero popular, podríamos afirmar en el caso de Cuba que “muerto el perro, se acabó la rabia”. Y tendremos la oportunidad de saber realmente quien tenía la rabia, y quien la razón. Sin duda, la estrategia de Obama es completamente distinta, y apunta en otra dirección. Hace tiempo que vengo insistiendo en que el modelo cubano se cae por sí solo; no es necesario ni siquiera empujarlo, simplemente hay que hacerle lugar. Es tan solo una cuestión de tiempo. Quizá fue válido en un momento histórico específico para devolverle la dignidad al pueblo cubano, convertido en prostíbulo norteamericano. Pero el modelo se agotó, y la prostitución no. Un modelo de convivencia montado sobre el odio, el resentimiento, el autoritarismo y la represión, puede que anide aún en aquellos que en su momento fueron víctimas del abuso y la opresión, pero no alimentará con seguridad a quienes tienen deseos de soñar, de crear, de superarse, de construirse un mundo mejor y en libertad. Y mucho menos a las nuevas generaciones. En este sentido, Obama está aplicando la misma estrategia de mercadeo que Pepsi-Cola conquistando los nichos inexplotados de su rival. O aquel concepto atribuido a Einstein: Si quieres lograr algo distinto, comienza por hacer algo distinto...” No se puede apagar el fuego de la opresión con más opresión, y en eso, tanto los dictadores cubanos como los dirigentes norteamericanos, han fallado por igual.

La propia respuesta de la dirigencia cubana frente al anuncio, despreciando la resolución que tanto costó por tanto tiempo a sus pares, y afirmando que no le interesa volver a una institución que es un "títere del imperialismo yanqui" como forma de protegerse de presiones democráticas, y que no permitirán partidos políticos, elecciones libres, ni libertad de expresión, ha desenmascarado la otra cara de la verdad. En realidad, Cuba nunca quiso volver a ser parte integrante de la Organización de Estados Americanos, porque para ello debía cumplir con los preceptos establecidos en su Carta Magna, la cual en su Artículo 3 expresa que sus "elementos esenciales” incluyen "el respecto a los derechos humanos", realizar "elecciones periódicas, libres, justas y secretas", así como tener un "sistema pluralista de partidos políticos”. La nueva resolución –que supuestamente representa un triunfo para quienes han defendido a capa y espada el modelo cubano –no vino más que a evidenciar las realidades de un modelo basado y sustentado en la represión. En realidad, más allá del hecho de ganarle una “pulseada” histórica a Estados Unidos, no veo un gran logro y más bien me sabe a decepción este triunfo de la OEA.

Curiosamente, el 4 de julio de 2009, casi exactamente un mes después de esta histórica resolución en Honduras autorizando la inclusión de Cuba, es precisamente Honduras quien ha sido excluida de la organización de países americanos, a raíz de un golpe de estado contra su presidente Zelaya. Nuevamente la democracia está en juego entre nuestra familia de la OEA. Y es que lejos de llegar a entender el alcance supremo que significa el concepto “democracia,” preferimos seguir utilizándola como pelota de fútbol. Y cada tanto, a algunos les gusta “comérsela” olvidándose del equipo.

Argenta julio, 2009

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