¡Milei, el Chapulín argentino!
Y si, ganó Milei. Milei “el loco,” como titula el libro escrito por…uno de sus amigos que dice conocerlo y entenderlo. O Milei el outsider antisistema revolucionario que le hacía falta a la hermosa república argentina, aunque mas no fuera para darles un susto a quienes, durante mucho tiempo, utilizaron, manipularon, degradaron, y quitaron toda credibilidad, no solo al sistema político, sino a toda la nación.
Creo que muchos políticos argentinos
tendrían que hacerse, hoy, un ”mea culpa”, por lo que arrojaron los resultados de estos comicios PASO, que muchos resolvieron no
dejar pasar, sin expresar su voluntad. Aunque faltaron otros muchos. Unos
tendrán que asumir, al fin, una vergonzante derrota, por los daños infligidos y
los años perpetuados. Otros, aprender lo vivido para no repetirlo. Javier
Milei, el más despeinado y el menos involucrado en esta larga historia de
fracasos, surgió como el Chapulín Colorado: ¿Y ahora quien vendrá a
salvarnos? clamaba un pueblo argentino decepcionado, y harto de los abusos
y fracasos historiados. Y apareció
Javier Milei.
Algunos
dicen que fue un voto castigo, otros un voto bronca, un voto cachetada, y
otros, hasta un voto “de castidad”, exigiendo un mínimo de respeto, de
honestidad, de sacrificio, y de fidelidad, hacia algo, alguien, que merece la
suprema responsabilidad compartida de ser una comunidad.
¡Bien
por Javier Milei, y su esfuerzo! Y fundamentalmente, bien por esos millones de
argentinos, que, de un lado u otro, expresaron su voluntad democráticamente, y
democráticamente intentarán ahora levantar los nuevos pilares de una mejor
sociedad. Y estoy seguro que, más allá de los dolores de un nuevo parto (nadie
dijo que hay un parto sin dolor) ahora más que nunca, vale la pena sufrir, por
concebir una nueva nación. Creo que estos resultados arrojan una magnífica
oportunidad para enfrentar, de una vez por todas, una verdadera transformación
política, económica y social, más que necesaria y urgente.
Pero
cuidado, Milei es un revolucionario más que revoluciona, pero, ¿será capaz
ahora de enfrentar una realidad que decepciona? En todo caso, y hablando en
términos tangueros, hay que terminar con aquello del: “Y si alguna deuda
chica sin querer se me ha olvidado, en la cuenta del otario que tenés, se la
cargás”. Porque, entre otras cosas, ¡esto de pretender cargarle
históricamente un poder adquisitivo deprimente, una inflación galopante, una
pobreza vergonzante, por deudas que no son chicas, al otario de siempre, que es
el pueblo argentino, ya no va más!
Si
puede entonces, Milei, ser un revolucionario, un disruptor, un revulsivo, o
simplemente un revoltoso más, lo dirán los hechos; pero en principio, creo que
fue muy bueno que alguien, desde afuera de establishment, pateara el tablero,
como para obligar a comenzar de nuevo, una partida que dejó tantos perdedores.
Y que siempre tenía, como perdedora, a la hermosa nación argentina. ¡Porque la
Argentina, no se lo merecía!
Soy
muy optimista, y saludo con el mayor respeto y la mayor consideración al gran
pueblo argentino; tengo la gran convicción, de que comenzó, al fin, una nueva y
productiva revolución. Creo, además, que sin la irrupción de este tercer
protagonista entre las dos opciones, ya desgastadas, una contra la otra, no
sería posible una nueva concepción.
¡Salud,
al gran pueblo argentino!
Alberto Rodríguez
Genta
argentaster@gmail.com
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