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Thursday, April 24, 2025

 ¡El principal enemigo de los Estados Unidos no son los venezolanos, señor Trump; es usted!


El Viernes Santo es uno de los días más solemnes y significativos del calendario cristiano. En esta jornada, los cristianos recuerdan la pasión, muerte y sepultura de Jesucristo. Y que, durante aquel famoso juicio, en manos del inventor de jabón de manos, Poncio Pilatos, tras el beso traidor de su discípulo, Judas Iscariote, Jesús es acusado de blasfemia por afirmar que es el Hijo de Dios. Una historia cargada de conspiraciones, difamaciones y mentiras, muy bien orquestada.

Y que hoy, el siniestro Donald Trump, trata de revivir a su manera, acusando a los venezolanos de ser enemigos de Estados Unidos, utilizando la “Ley de Enemigos Extranjeros”, una medida excepcional que solo se ha invocado tres veces en la historia de la nació norteamericana. La más reciente, en la Segunda Guerra Mundial, cuando se utilizó para detener a alemanes, italianos y japoneses. ¡Vaya; ¡que enemigos tan importantes para la paz mundial son hoy, los simples ciudadanos venezolanos que cruzan, desesperados, hambrientos, y esperanzados, la selva del Darién, entre el barro y la mierda, tan solo con una mochila en la espalda, y otros nada, con tal de asegurarles a sus hijos, un destino mejor!

Una ley que es actualmente objeto de una intensa batalla judicial entre el gobierno y los grupos de derechos civiles, entre ellos la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles, cuyos abogados afirman que el gobierno no ha cumplido la norma para invocar la medida: una guerra con Venezuela o una invasión por parte de este país. Los grupos también sostienen que el gobierno ha violado los derechos de los migrantes a impugnar la acusación de que son miembros del Tren de Aragua y, por tanto, “enemigos extranjeros”.

Y es que, según investigaciones realizadas por The New York Times, estos venezolanos, enemigos declarados del señor Trump (no de la nación norteamericana) por pretender invadir y colonizar los Estados Unidos, son encadenados y enviados vergonzosamente a una prisión con poca o ninguna oportunidad de impugnar las acusaciones contra ellos.  Tanto así, que según relata el Times, la jueza de un tribunal de apelaciones, Patricia Millett, criticó la falta de garantías procesales bajo el gobierno de Trump, afirmando que “Los nazis recibían mejor trato bajo la Ley de Enemigos Extranjeros”.

Una vez más, Donald Trump ha demostrado ser un mentiroso compulsivo. Utilizando él, la blasfemia, para el escarnio de los venezolanos, a través de la existencia de unos delincuentes agrupados bajo la denominación de El tren de Aragua.

Donald Trump, quien pretende ser el Mesías resucitado, le ha mentido al Estado, y  ha vivido de fraude en fraude. Enfrenta 34 cargos graves en su contra, por falsificación de registros comerciales, vinculados a una conspiración para encubrir un pago de 130.000 dólares a una María Magdalena (en este caso, llamada Stormy Daniels). Lo cual lo convirtió en el primer expresidente de Estados Unidos en ser declarado culpable de delitos penales.

BBC News Mundo, nos recuerda que en febrero del 2024, un juez de Nueva York falló en contra del expresidente Donald Trump en un caso de fraude por el que ordenó pagar, a él y a sus hijos mayores, casi US$355 millones. Pero Trump, sus hijos Eric y Donald Jr. y la Organización Trump ya habían sido declarados culpables en septiembre de 2023 de inflar fraudulentamente el valor de sus activos, en declaraciones a instituciones de crédito. El fraude se realizó para obtener préstamos más favorables de bancos y aseguradoras. Su mansión de Mar-a-Lago, en Florida, fue sobrevaluada en más de 2.300% en una declaración financiera, mientras que la Torre Trump, en Nueva York, se presentó como tres veces más grande que su valor real.

Recordemos, además, que el magistrado Arthur Engoron, limitó, en esa instancia, la posibilidad del exmandatario Trump, de hacer negocios en el estado de Nueva York, durante los próximos tres años. Sin embargo, el blasfemo que mintió intentando negar el triunfo del presidente Biden, democráticamente electo, e instó a un grupo de delincuentes cornudos semidesnudos a invadir y tomar por la fuerza el Congreso de los Estados Unidos, se da el lujo de ignorar al parlamento, gobernando por decreto, irrespetar al Tribunal Supremo de Justicia y otras instancias judiciales, y acusar de “enemigo externo” al noble pueblo venezolano.  No; señor Trump, ¡el principal enemigo de los Estados Unidos no es el pueblo venezolano, es usted!


Según el Times, en un artículo elaborado por cuatro prestigiosos periodistas (15 de abril de 2025) aclara que una investigación halló escasas evidencias de cualquier tipo de antecedente criminal —o de asociación con la pandilla— de la mayoría de los venezolanos. Quiere decir que usted mintió una vez más. señor Trump. Y que hoy, el problema no está en el sentimiento del pueblo norteamericano, sino -coyunturalmente -en manos de un psicópata republicano.

Para quien dude del peligroso juego de Trump, y lo que pueden costarles sus payasadas a los Estados Unidos, un reciente artículo del reconocido columnista de opinión del New York Times, Thomas L. Friedman, lo aclara desde su título:  Nunca he tenido tanto miedo por el futuro de mi país. Toda esta administración de Trump II es una cruel farsa”, afirma Friedman. “Trump se presentó a otro mandato no porque tuviera ni idea de cómo transformar Estados Unidos para el siglo XXI. Se presentó para evitar la cárcel y vengarse de aquellos que, con pruebas reales, habían intentado hacerlo responsable ante la ley.”

“..con las decisiones que está tomando Trump, está socavando nuestro sagrado estado de derecho, está desprestigiando a nuestros aliados, está socavando el valor del dólar y está destruyendo cualquier esperanza de unidad nacional. Incluso ha hecho que los canadienses boicoteen Las Vegas porque no les gusta que les digan que pronto seremos sus dueños. Si Trump no detiene su comportamiento deshonesto, destruirá todo lo que hizo a Estados Unidos fuerte, respetado y próspero. Nunca he tenido tanto miedo por el futuro de Estados Unidos en mi vida”.

Y entonces, señor Trump  ¿el gran enemigo de los Estados Unidos son los venezolanos que cruzan el Darién comiendo barro y mierda para dignificar a sus hijos, o es usted comiendo caviar en Mar -a- Lago, con sus hijos, mintiendo para defraudar al Estado y a los prestamistas, buscando financiación para sus proyectos fracasados? Usted es un cortomental, señor Trump; que ha vivido, vive, y seguirá viviendo, mintiendo, únicamente para cultivar y ensalzar su ego, sus dotes de empresario fracasado, sus fantasías sexuales con minas que lo han demandado, y a las cuales, por decisiones judiciales les ha pagado.

No culpe a los venezolanos de sus fracasos y sus estúpidas fantasías nacionalistas, al mejor estilo repetitivo de Hitler, Stalin, Mussolini, Netanyahu, Fidel Castro, Chávez, y tantos más ineptos que han avergonzado a sus países y a la humanidad. La ineptitud es suya, y no de los venezolanos. En mi pequeño pero exitoso país (Uruguay) los venezolanos son muy bienvenidos. Y le aseguro que nos aportan muchas vivencias, capacidades, y experiencias, que enriquecen nuestra sociedad.  

Los venezolanos no son los enemigos de su pueblo, señor Trump; ¡el enemigo es usted! ¡Y déjese de joder, infantilmente, con que todos los venezolanos que han emigrado a los Estados Unidos, son integrantes del Tren de Aragua! Sus argumentos, hacen agua. ¡Si es que ya le aumentaron la presión de la ducha, vaya a lavarse su hermoso pelo y su…boca!

 

Nota: También hay que reconocer -porque no – la culpa de tantos ineptos, corruptos, e inmorales dirigentes de nuestros hermosos países latinoamericanos, cuyas mediocres, ineptas, y degradantes políticas, obligan a tantas compatriotas a huir de sus países.

 

 

 

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