¡El principal enemigo de los Estados Unidos no son los venezolanos, señor Trump; es usted!
El Viernes Santo es uno de los días más solemnes y significativos del calendario cristiano. En esta jornada, los cristianos recuerdan la pasión, muerte y sepultura de Jesucristo. Y que, durante aquel famoso juicio, en manos del inventor de jabón de manos, Poncio Pilatos, tras el beso traidor de su discípulo, Judas Iscariote, Jesús es acusado de blasfemia por afirmar que es el Hijo de Dios. Una historia cargada de conspiraciones, difamaciones y mentiras, muy bien orquestada.
Y que hoy, el siniestro
Donald Trump, trata de revivir a su manera, acusando a los venezolanos de ser enemigos
de Estados Unidos, utilizando la “Ley de Enemigos Extranjeros”, una medida
excepcional que solo se ha invocado tres veces en la historia de la nació
norteamericana. La más reciente, en la Segunda Guerra Mundial, cuando se
utilizó para detener a alemanes, italianos y japoneses. ¡Vaya; ¡que enemigos tan importantes para la paz
mundial son hoy, los simples ciudadanos venezolanos que cruzan, desesperados, hambrientos,
y esperanzados, la selva del Darién, entre el barro y la mierda, tan solo con
una mochila en la espalda, y otros nada, con tal de asegurarles a sus hijos, un
destino mejor!
Una ley que es
actualmente objeto de una intensa batalla judicial entre el gobierno y los
grupos de derechos civiles, entre ellos la Unión Estadounidense por las
Libertades Civiles, cuyos abogados afirman que el gobierno no ha cumplido la
norma para invocar la medida: una guerra con Venezuela o una invasión por parte
de este país. Los grupos también sostienen que el gobierno ha violado los
derechos de los migrantes a impugnar la acusación de que son miembros del Tren
de Aragua y, por tanto, “enemigos extranjeros”.
Y es que,
según investigaciones realizadas por The New York Times, estos venezolanos,
enemigos declarados del señor Trump (no de la nación norteamericana) por
pretender invadir y colonizar los Estados Unidos, son encadenados y enviados vergonzosamente
a una prisión con poca o ninguna oportunidad de impugnar las acusaciones contra
ellos. Tanto así, que según relata el
Times, la jueza de un tribunal de apelaciones, Patricia Millett, criticó la
falta de garantías procesales bajo el gobierno de Trump, afirmando que “Los
nazis recibían mejor trato bajo la Ley de Enemigos Extranjeros”.
Una vez más,
Donald Trump ha demostrado ser un mentiroso compulsivo. Utilizando él, la
blasfemia, para el escarnio de los venezolanos, a través de la existencia de
unos delincuentes agrupados bajo la denominación de El tren de Aragua.
Donald Trump, quien pretende
ser el Mesías resucitado, le ha mentido al Estado, y ha vivido de fraude en fraude. Enfrenta 34
cargos graves en su contra, por falsificación de registros comerciales,
vinculados a una conspiración para encubrir un pago de 130.000 dólares a una María
Magdalena (en este caso, llamada Stormy Daniels). Lo cual lo convirtió en el
primer expresidente de Estados Unidos en ser declarado culpable de delitos
penales.
BBC News
Mundo, nos recuerda que en febrero del 2024, un juez de Nueva York falló en
contra del expresidente Donald Trump en un caso de fraude por el que ordenó
pagar, a él y a sus hijos mayores, casi US$355 millones. Pero Trump, sus
hijos Eric y Donald Jr. y la Organización Trump ya habían sido
declarados culpables en septiembre de 2023 de inflar fraudulentamente el valor
de sus activos, en declaraciones a instituciones de crédito. El fraude se
realizó para obtener préstamos más favorables de bancos y aseguradoras. Su
mansión de Mar-a-Lago, en Florida, fue sobrevaluada en más
de 2.300% en una declaración financiera, mientras que la Torre
Trump, en Nueva York, se presentó como tres veces más grande que su valor
real.
Recordemos,
además, que el magistrado Arthur Engoron, limitó, en esa instancia, la posibilidad
del exmandatario Trump, de hacer negocios en el estado de Nueva York, durante
los próximos tres años. Sin embargo, el blasfemo que mintió intentando negar el
triunfo del presidente Biden, democráticamente electo, e instó a un grupo de
delincuentes cornudos semidesnudos a invadir y tomar por la fuerza el Congreso
de los Estados Unidos, se da el lujo de ignorar al parlamento, gobernando por
decreto, irrespetar al Tribunal Supremo de Justicia y otras instancias
judiciales, y acusar de “enemigo externo” al noble pueblo venezolano. No; señor Trump, ¡el principal enemigo de los
Estados Unidos no es el pueblo venezolano, es usted!
Según el Times, en un artículo elaborado por cuatro prestigiosos periodistas (15 de abril de 2025) aclara que una investigación halló escasas evidencias de cualquier tipo de antecedente criminal —o de asociación con la pandilla— de la mayoría de los venezolanos. Quiere decir que usted mintió una vez más. señor Trump. Y que hoy, el problema no está en el sentimiento del pueblo norteamericano, sino -coyunturalmente -en manos de un psicópata republicano.
Para quien
dude del peligroso juego de Trump, y lo que pueden costarles sus payasadas a
los Estados Unidos, un reciente artículo del reconocido columnista de opinión
del New York Times, Thomas L. Friedman, lo aclara desde su título: Nunca he tenido tanto miedo por el futuro
de mi país. “Toda esta administración de Trump II es una cruel
farsa”, afirma Friedman. “Trump se presentó
a otro mandato no porque tuviera ni idea de cómo transformar Estados Unidos
para el siglo XXI. Se presentó para evitar la cárcel y vengarse de aquellos
que, con pruebas reales, habían intentado hacerlo responsable ante la ley.”
“..con las
decisiones que está tomando Trump, está socavando nuestro sagrado estado de
derecho, está desprestigiando a nuestros aliados, está socavando el valor del
dólar y está destruyendo cualquier esperanza de unidad nacional. Incluso ha
hecho que los canadienses boicoteen Las Vegas porque no les gusta que les digan
que pronto seremos sus dueños. Si Trump no detiene su comportamiento
deshonesto, destruirá todo lo que hizo a Estados Unidos fuerte, respetado y
próspero. Nunca he tenido tanto miedo por el futuro de Estados Unidos en mi
vida”.
Y entonces,
señor Trump ¿el gran enemigo de los
Estados Unidos son los venezolanos que cruzan el Darién comiendo barro y mierda
para dignificar a sus hijos, o es usted comiendo caviar en Mar -a- Lago, con
sus hijos, mintiendo para defraudar al Estado y a los prestamistas, buscando
financiación para sus proyectos fracasados? Usted es un cortomental, señor
Trump; que ha vivido, vive, y seguirá viviendo, mintiendo, únicamente para
cultivar y ensalzar su ego, sus dotes de empresario fracasado, sus fantasías sexuales
con minas que lo han demandado, y a las cuales, por decisiones judiciales les
ha pagado.
No culpe a los
venezolanos de sus fracasos y sus estúpidas fantasías nacionalistas, al mejor
estilo repetitivo de Hitler, Stalin, Mussolini, Netanyahu, Fidel Castro,
Chávez, y tantos más ineptos que han avergonzado a sus países y a la humanidad.
La ineptitud es suya, y no de los venezolanos. En mi pequeño pero exitoso país
(Uruguay) los venezolanos son muy bienvenidos. Y le aseguro que nos aportan muchas
vivencias, capacidades, y experiencias, que enriquecen nuestra sociedad.
Los
venezolanos no son los enemigos de su pueblo, señor Trump; ¡el enemigo es
usted! ¡Y déjese de joder, infantilmente, con que todos los venezolanos que han
emigrado a los Estados Unidos, son integrantes del Tren de Aragua! Sus
argumentos, hacen agua. ¡Si es que ya le aumentaron la presión de la ducha, vaya
a lavarse su hermoso pelo y su…boca!
Nota: También
hay que reconocer -porque no – la culpa de tantos ineptos, corruptos, e
inmorales dirigentes de nuestros hermosos países latinoamericanos, cuyas
mediocres, ineptas, y degradantes políticas, obligan a tantas compatriotas a
huir de sus países.
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